viernes, 9 de septiembre de 2011

#87 etcétera

Y me pregunto en días como hoy cuántos son y dónde están, y me admira lo capaz que soy de aguantar ad nauseam*. Y contemplo en el espejo las escamas de mi piel, y rezo para salir de este pellejo, y rezo para huir muy lejos de aquí, piel que torna gris.

¿Qué dirán de mí si me ven así?
Podría llorar

pero me voy a reír.

Nadie a quien amar,nadie a quien dañar, etcétera.
Moriré de sed, mas por una vez, nadie morirá a mi lado.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

#86 Historia de lo Efímero.

Hace ya tiempo, aprendí que la vida es un cuento, la fábula del témpano y la llama. El que frena, la que se adelanta, el reflejo del espejo el que nos resistimos a mirar. Parece cierto, la enfermedad mejor que el remedio, es la razón la que nos separa. Las mentiras nos dan esperanza, pero el cuento hiere sin querer, pues siempre llega su final.

Tú sembraste la cama de cristales rotos y yo de nuevo lo disculparé, como suele suceder. Cuando te tenga tan cerca que no puedas escapar, te arrancaré la sonrisa, no la verás ya más.

lunes, 5 de septiembre de 2011

#85

Cuando se ponga el sol sonara esa canción que los dos nos sabemos. Qué podemos hacer si lo que hay que tener es lo que no tenemos. Y dirán que vivir es no conseguir y así pasan los años, y en un café calor y en lugar del amor nos hicimos daño.



viernes, 2 de septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

#82 Si mañana nunca llega

Hace unos años, Benjamin Franklin compartió con el mundo el secreto de su éxito: nunca dejes para mañana, dijo, lo que puedas hacer hoy. Este es el hombre que descubrió la electricidad, deberíamos hacerle más caso.

No sé porque dejamos las cosas para más tarde, pero si tuviera que adivinarlo, diría que tiene mucho que ver con el miedo, miedo al fracaso, miedo al dolor, miedo al rechazo, muchas veces el miedo es solo a tomar una decisión, porque ¿Y si te equivocas? ¿Y si cometes un error que no puedes deshacer? El pájaro madrugador es el que coge la lombriz. Aquel que duda está perdido no podemos pretender que nadie nos avisó, todos hemos oído los proverbios, hemos oído a los filósofos, a nuestros abuelos avisándonos del tiempo perdido, hemos oído a los malditos poetas obligándonos a vivir el momento... pero, en ocasiones, tenemos que verlo por nuestra cuenta, tenemos que cometer nuestros propios errores, tenemos que aprender nuestras propias lecciones.

Tenemos que deslizar nuestra posibilidad de hoy bajo la alfombra de mañana hasta que ya no podamos más, hasta que, finalmente entendamos, por nosotros mismos, lo que quería decir Benjamin Franklin, ese saber es mejor que cualquier imaginar, ese despertar es mejor que el dormir...y eso, aunque sea tu mayor error, lo peor que has podido hacer, es muchísimo mejor que no haberlo intentado nunca.