No sabes si lanzarte o correr, si decir o callar. Al final todo lo que queda es un montón de quizás y seguramente alguna caricia que notes al final del día cuando cierras los ojos, que sientas cuando despiertas y ahí está. Pasarse el infinito mirando sus ojos, y que te digan "ven, vamos a correr hasta que veamos donde acaba el universo".
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