Y me pregunto en días como hoy cuántos son y dónde están, y me admira lo capaz que soy de aguantar ad nauseam*. Y contemplo en el espejo las escamas de mi piel, y rezo para salir de este pellejo, y rezo para huir muy lejos de aquí, piel que torna gris.
¿Qué dirán de mí si me ven así?
Podría llorar
pero me voy a reír.
Nadie a quien amar,nadie a quien dañar, etcétera.
Moriré de sed, mas por una vez, nadie morirá a mi lado.
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