martes, 26 de julio de 2011

#49

Y es cada segundo de dolor prohibido entre lo eterno y el olvido por el que matamos a Cupido. Y que les follen a los dioses y a su cólera, te dolerá pero no volverá, será un dolor fugaz. Y ya verás que no prometo en vano, desde aquella noche de verano en que dejé de ser humano, casi un dios entre tus manos, un mortal entre dos planos delicados: La belleza y el pecado.[...] Y bajaremos cuando quieras a la tierra donde el mundo sufre, y cambiaremos el azufre por cerveza, y vestiremos a la mierda con seda, aunque mierda se quede, porque ahora si sabemos que se puede cambiar y ajustar la realidad, sintonizar nuestra felicidad.

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